jueves, 22 de septiembre de 2016

Un Beso

Bésala. Poco a poco, toma tu tiempo, no hay otro lugar en el que preferirías estar. Besa, pero no como si estuvieras esperando otra cosa, no para poner las manos bajo la camisa o la falda, o enredarse con el sujetador.
Así no.
Dale un beso como si hubieras olvidado cualquier otra boca que has tocado antes. Dale un beso con deleite infantil, con curiosidad. Riele en la boca, inhala sus suspiros. Dale un beso hasta que gima.
Con su cara en tus manos. O con las manos en su pelo. O acercándote más a la cintura. Dale un beso como si quisieras invitarla a un baile. Como si quisieras hacerla girar en la arena bajo las estrellas y mirar como te mira como si fueras lo más brillante que ella ha visto jamás. Dale un beso como si ella fuera lo más brillante que hayas visto jamás. Toma tu tiempo. Bésala como la primera y única pieza de chocolate que nunca probarás. Bésala hasta que ella se olvide de cómo contar.

¡Dale un beso, estúpido! Besa en silencio. Ven, pregúntale qué es dos más dos y escucha decir tu nombre como respuesta.

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